ZALIPIE – UNA ALDEA PINTADA

Zalipie es una pequeña aldea situada en la región de Pequeña Polonia, en las tierras bajas del Vístula, que junto con las zonas adyacentes es una de las zonas más cálidas de Polonia. En la aldea, independientemente de la estación del año, se puede disfrutar de unas vistas extraordinarias, deleitarse la vista y el alma con los ramos de flores de fantasía que decoran todo lo que se puede pintar: casas, paredes planas, utensilios, servilletas, ropa, establos, pozos, vallas e incluso perreras.

Todo empezó de forma sencilla: las mujeres locales tenían la difícil tarea de mantener limpias las cabañas de paredes llenas de hollín, en las que se alojaba el ganado junto a las personas. Al principio, las jóvenes, observándose unas a otras, utilizaban un cepillo hecho de mijo o centeno para hacer manchas irregulares en las paredes encaladas, p.ej en los hornos. Muy pronto, ya en la primera década del siglo XX, las muchachas de Zalipie empezaron a utilizar no sólo manchas en la pintura, sino también motivos de composición audaz dominados por flores y remolinos, y la creatividad dependía de las habilidades individuales. Hoy en día, en Zalipie todo está cubierto de hermosas flores de colores y los habitantes se superan unos a otros, embelleciendo sus casas de campo.

TALLER “TRADICIÓN Y MODERNIDAD”

Comenzaremos nuestra exploración de las tradiciones de Zalipie en la Casa de las Pintoras, donde participaremos en un colorido taller titulado «Tradición y modernidad». En este taller aprenderemos a pintar motivos decorativos según los principios de la estética popular, conservando los colores tradicionales: marrón, negro y blanco. Fabricaremos un pincel con un palo de abedul, así como con crin de caballo y cola de vaca. Al final, veremos qué posibilidades técnicas ofrecen los utensilios de pintura hechos a mano, comparándolos con las posibilidades de los pinceles y pinturas modernos. Pintaremos una campanilla de barro, una cuchara de madera o una espátula. Después del taller, iremos a la iglesia local, cuyo interior está decorado como todo en el pueblo con flores de colores. Por último, nos pasearemos entre los caseríos de Zalipie, admirando su rica decoración.

Almuerzo preparado por las amas de casas locales, platos con productos regionales certificados.

TARNÓW MULTICULTURAL

La siguiente parada será Tarnów, conocida como «la pequeña Cracovia», una ciudad apodada «la perla del Renacimiento». Un centro multicultural, donde antes de la Segunda Guerra Mundial casi el 50% de la población eran judíos, y también hogar de los gitanos, un recuerdo de lo cual es el Museo Etnográfico, el único museo de Europa dedicado a la cultura de los gitanos. Durante un paseo por la ciudad visitaremos la Plaza del Mercado, con su hermoso Ayuntamiento y sus coloridas casas de vecindad. Echaremos un vistazo al antiguo barrio judío, donde podrás ver la Bimah en el emplazamiento de la antigua Sinagoga. Haremos una parada para tomar un café en un tranvía de la época que fue traído aquí desde Lviv y que en su día formó parte de la flota gallega. Tarnów era una de las tres ciudades gallegas donde circulaban tranvías. Echaremos un vistazo a la Catedral y a la Iglesia de madera de Nuestra Señora del Escapulario. Emprenderemos una ruta literaria y al final pasearemos bajo los coloridos paraguas del centro de la ciudad. Tarnów, la ciudad de Józef Bem y la primera en la que se proclamó la independencia, es un lugar lleno de historia. Después de Cracovia, es el centro urbano más interesante de Pequeña Polonia.

VIÑEDOS DE PEQUEÑA POLONIA

En el camino de vuelta, nos detendremos en uno de los viñedos de Pequeña Polonia para una degustación. El clima local -el lugar más cálido de Polonia- y el terreno forman condiciones ideales para establecer viñedos. Degustación de vino entre las viñas con una historia de fondo será el final perfecto para tu excursión por la Galicia polaca.